Los mejores clubes de jazz de Nueva York

Blue Note: el club de jazz más conocido de Nueva York

Inaugurado en 1981 en Greenwich Village, el Blue Note es una auténtica referencia del jazz en Nueva York y en el mundo entero. Todas las grandes estrellas han tocado allí y siguen haciéndolo hoy en día. Para los amantes de este arte, es un verdadero privilegio verlos en un lugar tan íntimo. La programación del club es realmente su punto fuerte: disfrutará de magníficos conciertos de jazz, realmente de primera categoría.

Aunque es un local de culto, desgraciadamente también es su perdición. El club juega cada vez más con su reputación y el precio y el ambiente se resienten. Hay que pagar un mínimo de 50 $ para entrar, dependiendo del concierto, y luego un mínimo de 20 $ para comer en el local.

Además, aunque el aforo es de 200 personas, no todas están sentadas. Así que hay que llegar con bastante antelación para asegurarse un asiento decente.

Aun así, es una auténtica delicia poder decir que has asistido a un concierto de jazz en el Blue Note.

Bill’s Place: el club más rústico de Nueva York

Bill’s Place es uno de los clubes más emblemáticos de Harlem, aunque sólo lleva abierto desde 2006.
Está situado en el sótano de una casa de piedra rojiza en una calle conocida antiguamente como Swing Street. Durante la Ley Seca, aquí había cientos de bares clandestinos.

El saxofonista Bill Saxton es el artífice del proyecto. Es un músico de renombre en el mundo del jazz, que después de tocar en clubes de todo el mundo, quería un local propio en su Harlem natal.
Toca aquí dos veces por semana con su grupo ses All Star Quartet y también ofrece jam sessions en las que improvisan piezas.

Aquí se tiene la impresión de entrar en el salón del músico. No hay bar, pero puedes traer tus propias bebidas si quieres. Sobre todo, sólo hay una decena de asientos para un aforo total de unas 30 personas. Así que no vaya allí para pasar una velada acogedora en un ambiente apagado, porque aquí el ambiente es completamente distinto, mucho más rústico.

Se trata de un club donde el único objetivo es tocar y escuchar buena música de jazz. Es una dirección que te recomendamos si quieres vivir una experiencia realmente única o si eres aficionado al jazz.

Village Vanguard: club de jazz y sala de grabación

Fundado en 1935, Village Vanguard es uno de los clubes de jazz más antiguos de Nueva York que sigue abierto. Está situado en un sótano y, aunque tiene capacidad para unas 100 personas, el ambiente es más bien íntimo. La decoración no ha cambiado mucho a lo largo de los años. Así que tendrá la sensación de descubrir un lugar congelado en el tiempo, cuando el jazz estaba en su apogeo.

Lo que hace especial a este club no es sólo que acoge conciertos de jazz, sino también que es un lugar de grabación de discos de artistas como John Coltrane y Bill Evans.

La programación es de gran calidad, con una particularidad los lunes por la noche: desde hace más de 50 años actúa aquí la Vanguard Jazz Orchestra, formada por unos 15 músicos. Es un gran concierto.

Arthur’s Tavern: un histórico bar de jazz en el West Village

Inaugurado en 1937, Arthur’s Tavern es otro de esos clubes históricos que no han cambiado demasiado desde su apertura, pero en el buen sentido. Originalmente fue un bar clandestino durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Unos años más tarde, se transformó en un bar de jazz.

Está situado en un antiguo edificio histórico del West Village, donde el ambiente se ha mantenido intacto desde su apertura, ya que el local nunca ha sido realmente renovado.

La diferencia con otros clubes de jazz es que aquí no hay un verdadero programa. Los grupos pueden tocar durante toda la noche, principalmente jazz, pero también otros estilos como blues y R&B. Aquí no tocan artistas de renombre, pero cada músico tiene un talento inmenso.

Aunque hay que pagar un mínimo de 15 $ en consumiciones, la entrada es gratuita. Es una forma estupenda de disfrutar de la música jazz sin gastar demasiado.

Birdland Jazz Club: un homenaje a Charlie Parker

Birdland se inauguró en 1949 como homenaje al artista Charlie Parker, apodado The Bird. Es un local que ha acogido no sólo a artistas famosos, sino también a celebridades: Marilyn Monroe y Frank Sinatra, entre otros, han frecuentado este club de jazz neoyorquino. El local ha cerrado y reabierto más de una vez debido a problemas financieros, pero hoy en día el Bridland Jazz Club sigue siendo una de las mejores direcciones de Nueva York.

En el interior, la decoración es sencilla pero el ambiente es cálido. Esto es lo que suele ocurrir en los clubes que le presentamos: lo primero es la calidad de los conciertos y la música. Además, hay dos salas, por lo que la oferta de artistas y conciertos es muy variada durante toda la semana.

Iridium Jazz Club: el club de jazz de Times Square

Fundado en 1994 por el músico Les Paul, el Iridium Jazz Bar presenta la mayor variedad de músicos de jazz, rock y blues de Nueva York. Grandes artistas como Mick Taylor y Charlie Watts, de los Rolling Stones, tocan aquí con regularidad.

El club tiene capacidad para menos de 200 personas. Sin embargo, siempre hay una sensación de intimidad, ya que la sala está dispuesta de forma que el espectador se encuentre lo más cerca posible del escenario. El local se ha reformado para actualizarlo y, sobre todo, para mejorar la calidad del sonido.
Hay un bar y se puede comer dentro.

Este club está situado en Times Square, justo al lado del famoso restaurante Ellen’s Stardust. Los precios son bastante elevados, pero la calidad de la comida es de primera.

Cotton Club: el local más antiguo de Nueva York

El Cotton Club es una antigua sala de conciertos inaugurada en 1920 por el boxeador Jack Johnson. Hoy es principalmente un club de jazz, pero también ofrece conciertos de gospel e incluso salsa.

El local ha cerrado más de una vez, sobre todo durante la Ley Seca, pero se ha convertido rápidamente en el lugar de moda en Nueva York.

También es un lugar importante en la historia de Estados Unidos. En la época de la segregación, sólo los blancos podían entrar en el Cotton Club, aunque los artistas que actuaban allí solían ser negros.

Hoy, afortunadamente, todo el mundo puede ir libremente. La decoración no ha cambiado demasiado desde los años veinte. No hay muchos conciertos, pero siempre son de gran nivel.

Incluso hay servicios que permiten almorzar delante de un espectáculo. Sin embargo, le aconsejamos que se limite a un solo concierto, ya que la restauración no es el punto fuerte del Cotton Club.

Smalls Jazz Club: el club que evolucionó

El Smalls Jazz Club es un conocido local neoyorquino que abrió sus puertas en 1993 en Greenwich Village. Como muchos clubes, empezó siendo un pequeño sótano donde no se vendía alcohol. Grandes artistas como Norah Jones y Roy Hargrove seguían actuando allí.

Cerró durante un tiempo para ampliar su aforo, que ahora es de 60 personas. El ambiente sigue siendo muy íntimo y existe una verdadera cercanía con los artistas.

Al igual que en Bill’s Place, hay que ser un apasionado de la música, ya que los asientos son incómodos y bastante estrechos. Pero para muchos, Smalls es el club de jazz neoyorquino por excelencia: una sala pequeña, un ambiente cálido y, sobre todo, buena música de jazz. ¿Qué más se puede pedir?

Dizzy’s Club: el prestigioso club de jazz

El Dizzy’s Club pertenece al Lincoln Center, un centro cultural de Nueva York que ofrece espectáculos de teatro, ópera, danza, etc. El Lincoln Center es un lugar prestigioso de Nueva York, y el Dizzy’s Club es igual de prestigioso.

Lo bueno de este club es que está en la 5ª planta del Time Warner Center, en Columbus Circle. Así que hay una vista sublime sobre Central Park y Manhattan. Es un momento mágico para escuchar jazz mientras cae la noche y las luces de la ciudad se iluminan a lo lejos.

El local en sí es muy moderno, lo que lo hace único en comparación con otros clubes. Hay mucho espacio y el club ofrece un menú afroamericano con comida soul de calidad.

Para ir a este club tendrás que reservar cierta cantidad de dinero. Sin embargo, si busca un club para una ocasión especial, asegúrese de hacer una reserva en Dizzy’s Club.

Terra Blues: el club de los aficionados al blues

Los orígenes del blues y del jazz son muy similares: ambos son géneros musicales con fuertes influencias africanas que comenzaron en el sur de Estados Unidos entre 1800 y 1900.

Si lo suyo es la música más emocional y estructurada, donde la guitarra prima sobre el saxofón, pruebe un club de blues. Y Terra Blues es el que le recomendamos.

El local es realmente encantador y bastante chic. El escenario está muy despejado, con un solo foco y una cortina roja que permite concentrarse únicamente en el músico.

No hay comida en el local, pero la carta de bebidas es variada y de calidad (si es amante del whisky, no le faltará donde elegir).

En resumen, es una gran experiencia venir a escuchar música a Terra Blues.